EL AMANECER QUE CONTINUA: semillas del EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL en los actuales movimientos de resistencia

Rocío Castillo Toxqui[1]

En el amanecer del primero de enero de 1994 nadie imaginaba que se sembrarían semillas que la historia cosecharía. No la historia de los libros y el Estado, sino la otra historia. La que es contada a veces a murmullos, por voces que han traspasado tiempo y espacios. Otras veces por voces que gritan en plazas públicas de norte a sur. Esas semillas renacen tantas veces como las consignas se gritan o se escriben en mantas. Tantas veces como en una asamblea o reunión, se escucha todas y cada una de las voces que buscan expresar su indignación y dolor.

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ezln), como todos sabemos y la historia oficial nos cuenta, surgió en el estado de Chiapas, pero lo que no cuenta es cómo a pesar de las matanzas y la criminalización, este movimiento ha permanecido a través del territorio y las generaciones. El ezln marca un parteaguas en la lucha de los pueblos y comunidades indígenas de México, quienes desde 1994 “a la fecha no han cesado de tomar conciencia de su situación de colonialismo y de luchar por emanciparse y construir su propio destino” (López Bárcenas, 2015, p. 89).

Actualmente, a lo largo del territorio nacional se encuentran activos cientos de movimientos de resistencias, que son la cosecha de la semilla sembrada. Cada uno es diferente y defiende la vida, el territorio, la naturaleza, las diversas formas de entender y practicar la vida desde su particular punto de vista. Exigen respeto a los derechos con base en las distinciones, porque “la igualdad de la humanidad está en el respeto a la diferencia. En su diversidad está su semejanza” (ezln, 2021). Sólo así, desde los “disparejos, diferentes, disímiles, desiguales, distantes y distintos rincones del mundo” (ezln, 2021) logran apuntar a todas las direcciones posibles. Es decir, no sólo fueron semillas entonces, sino que con esos frutos comenzaron a construir “puentes de dignidad” (ezln, 2021), que se encuentran unidos por historia y alegrías, pero también por dolores y luchas contra el sistema que los destruye (Alonso Reynoso y Alonso, 2021). De esta forma, a través de un movimiento de defensa de la vida, la dignidad y el territorio, podemos verlos a todos y, viceversa, todos son uno.

Un ejemplo de estos movimientos es el colectivo de Las Guardianas del Río Metlapanapa, cuyos territorios se encuentran ubicados en el municipio de Juan C. Bonilla, Puebla. Este municipio de la periferia de la zona metropolitana de la capital poblana está constituido por cuatro comunidades: San Mateo Cuanalá, San Lucas Netotelco, San Gabriel Ometoxtla y Santa María Zacatepec. Tienen una población de 23 783 habitantes, de los cuales, según datos del propio Comité Estatal de Información y Geografía del Estado de Puebla (CIGEP), más del 61% se encuentran en pobreza. La misma fuente señala que la mayoría de sus habitantes se dedican al comercio y a la agricultura, y que el 51% de la población dispone de agua potable. En ese sentido, la otra mitad depende del agua subterránea de pozos. Esta población se considera a sí misma como comunidades originarias, prevaleciendo en la forma de organización social sus costumbres y tradiciones, así como prácticas comunitarias que aportan a su economía local y a la persistencia de su cosmovisión desde lo común. Es decir, comparten las esferas de lo ecológico, lo social, lo cultural e incluso lo político para generar y regenerar su forma de vida (Navarro Trujillo, 2012).

Uno de los principales proyectos de despojo[2] a los que se han enfrentado es el megaproyecto denominado Proyecto Integral Morelos (pim), iniciado en 2012. Este consistente en la instalación de dos centrales termoeléctricas; un gasoducto de 160 km que atraviesa más de 29 municipios que se encuentran entre los estados de Puebla, Tlaxcala y Morelos; dos acueductos para transportar 12 km de agua de consumo y descarga para el funcionamiento y una red de alta tensión. Este megaproyecto, si bien está impulsado por el Estado mexicano, también involucra a las empresas Abengoa, Elecnor y Enegás y, además, cuenta con el apoyo de la asociación de empresarios del parque industrial textil de Huejotzingo y de las automotrices Volkswagen, Nissan, Audi y las proveedoras Saint Gabain y Bridgestone (Luna-Nemencio, 2021).

Aunado a ello, en 2019 en este mismo territorio se comenzó a implementar “el Proyecto integral para la construcción del sistema de alcantarillado sanitario de la zona industrial de Huejotzingo”. Este proyecto, en coordinación con el Ayuntamiento de Juan C. Bonilla, pretendía instalar tuberías para la descarga en el río Metlapanapa de aguas residuales provenientes de los parques industriales de Huejotzingo.[3] Es decir, las aguas residuales de las mismas empresas privadas que apoyan la construcción del pim. Si bien, la implementación del proyecto se detuvo debido al movimiento de resistencia, las autoridades mantienen su intención de llevarlo a cabo.

Otra problemática a la que se han enfrentado las Guardianas del Río Metlapanapa, en conjunto con la población de sus localidades, es a la extracción indiscriminada del agua subterránea que está en sus territorios. Desde 1994 se le otorgó una concesión de extracción de agua a la empresa Arcoíris, la cual en los años 2000 fue vendida a Danone bajo la marca Bonafont (Llaven, 2021). La empresa, durante años, extrajo grandes cantidades de agua de forma irregular y sin medición alguna para el embotellamiento, distribución y venta. La extracción indiscriminada provocó la sequía y el desabasto en sus pozos artesanales, asunto gravísimo si se tiene en cuenta que la mitad de la población del municipio de Juan C. Bonilla depende de estos pozos para su sobrevivencia.

El 22 de marzo de 2021, la población, en conjunto con colectivos, tomó las instalaciones de la planta embotelladora y no permitieron que se siguiera realizando las actividades comerciales. También cerraron el paso de la carretera federal e instalaron un campamento permanente por casi un año al que llamaron Altepelmecalli, que significa Casa de los Pueblos Ayala y Vergara, 2022). El 15 de febrero de 2022, la Guardia Nacional en conjunto con la Policía Estatal desalojaron a los veladores del campamento Altepelmecalli y tomaron nuevamente las instalaciones de la empresa. Como resultado de la movilización y de la defensa la planta embotelladora dejó de operar legalmente. No obstante, el municipio dio el permiso para que la planta siguiera funcionando como distribuidora y bodega de la misma marca.

Otro de los ejes actuales de defensa es contra la instalación y ampliación del llamado relleno sanitario, que se denomina Planta Procesadora de Residuos en Puebla. Esta instalación se ubica en los límites de los municipios de San Pedro Cholula y San Andrés Calpan, cercanos a los municipios y localidades de Juan C. Bonilla y San Francisco Coapan. Esta problemática se remonta a 2016, cuando el ayuntamiento de San Pedro Cholula autorizó la instalación. Después de años de dar servicio a más de 20 municipios, atendiendo a aproximadamente dos millones de habitantes (Inegi, s. f.; Tirzo, 2024) y a un desconocido número de empresas privadas, la capacidad del “relleno sanitario” colapsó. No obstante, las autoridades han determinado la necesidad de una ampliación para que pueda seguir recibiendo los cientos de toneladas de basura diarias. Durante los trabajos de esta ampliación, los pobladores y colectivos se dieron cuenta de que esta obra puede afectar grave e irreversiblemente el agua subterránea. Los terrenos aledaños al relleno sanitario son ocupados habitualmente para agricultura, y debido al basurero son severamente afectados por la contaminación del suelo, atmosférica y visual, así como por los olores que se desprenden y que a distancias considerables aún se perciben.

En síntesis y con base en los hechos descritos, se observa que los pobladores del municipio de Juan C. Bonilla sufren un “[…] permanente acoso de los procesos de urbanización que en algunos casos han eliminado tajantemente o debilitado la reproducción de sus culturas y economías de sustentos” (Navarro Trujillo, 2012, p. 179). Esta situación se manifiesta en múltiples frentes: la extracción de agua por parte de la empresa embotelladora para su mercantilización; las descargas de aguas residuales en el río Metlapanapa, provenientes de conjuntos habitacionales y empresas que se encuentran en Huejotzingo, y en los últimos años el territorio está siendo ocupado para la disposición final de residuos sólidos de más de 20 municipios.

Debido a estas circunstancias, los pobladores y colectivos, como Las Guardianas del Río Metlapanapa, han desarrollado un proceso de lucha y resistencia contra “estos proyectos [por] la afectación a sus propiedades y bienes naturales y […] a los cambios relevantes que traerán” (Navarro Trujillo, 2012, p. 179). Si bien algunos proyectos benefician a las empresas privadas, otros están destinados a servir a los pobladores de la capital poblana y municipios de la zona conurbada. Este fenómeno ilustra cómo la capital se sirve de los territorios y recursos naturales de los pueblos y comunidades circundantes para sostener su expansión urbana y brindar los servicios públicos a su población. Es decir, se demuestra que para que las grandes ciudades puedan existir, necesitan de localidades pequeñas que las puedan alimentar. Por lo que entre más cercano se encuentre un poblado de la ciudad, ésta no sólo lo absorberá, sino que se aprovechará de él. Ante estos escenarios, como se ha dicho, los pobladores y colectivos se han visto en la necesidad de defender sus derechos, su vida y su dignidad. A través de movilizaciones, marchas, cierres de carreteras e instalación de plantones han logrado frenar la implementación de los proyectos que destruyen su territorio y vida.

Precisamente en estas formas de defensa y resistencia existe un vínculo indisoluble con la semilla sembrada por el ezln. Desde 1994 a la fecha los pueblos y comunidades indígenas de México alzaron la voz para nunca más callarla ante la destrucción de sus pueblos, la desigualdad y la discriminación. Exigieron libertad, democracia y justicia, pero la que ellos se imaginaron e hicieron realidad. Gritaron por el respeto a sus culturas, costumbres, lenguas y territorios. Lucharon para autogobernar esos lugares que les fueron arrebatados, para decidir sobre sus recursos, que los vieron por décadas abusados y explotados por otros de lugares ajenos.

El objetivo del zapatismo nunca fue tomar el control del poder estatal (Alonso Reynoso y Alonso, 2021, p. 40), sino ayudar al despertar y la solidaridad entre los pueblos. Es decir, más allá del movimiento armado, construyó un camino y puentes de solidaridad que se entretejen con cada uno de los movimientos de resistencia de las últimas tres décadas. Estos puentes se materializan cuando los movimientos se platican unos a otros sus experiencias, sentimientos y situaciones por las que atraviesan o atravesaron en su lucha. De esta forma, por medio del diálogo y el compartir (Alonso Reynoso y Alonso, 2021, p. 40), cada uno aprende de las experiencias de los otros, observan las diferencias y similitudes para entender su propio movimiento.

Al comunicarse las agresiones que sufren los pueblos, caen en la cuenta de que no se trata de problemas particulares, sino de una dinámica general de despojo. Al comparar sus experiencias encuentran formas de proseguir con una resistencia vital y no aislada. La práctica de la escucha que se multiplica después en muchos pueblos permite analizar problemas comunes y echar a andar búsquedas de soluciones, no solo locales sino de carácter regional, nacional y hasta internacional. (Alonso Reynoso y Alonso, 2021, p. 26)

Con estas dinámicas reivindican la palabra para que pueda ser utilizada por todos y cada uno de ellos, para que sean escuchados masivamente y de generación en generación. Su testimonio queda para la enseñanza y construcción de nuevos puentes. Estas formas de resistencia no sólo son diálogos aislados, sino que siguen siendo otra forma de construir otra democracia. El ezln “[h]a sacudido las certezas acostumbradas en torno a la democracia, y ha alumbrado nuevas formas de hacer política para la construcción cotidiana de un mundo donde quepan muchos mundos” (Alonso Reynoso y Alonso, 2021, p. 7). Ha tirado puertas y ha creado posibilidades antes negadas, como estas expresiones de diálogos que parecieran simples, pero si observamos con detenimiento se realizan en cada uno de los movimientos de resistencia y este solo acto permite la permanencia y multiplicidad, para que más personas tomen la palabra y sean escuchados en un mundo que busca ser homogéneo.

Es difícil hablar en pasado o en presente, porque “Tierra y libertad” se escucha desde 1994 hasta 2024. Todos los movimientos son uno y uno son todos. En las marchas, reuniones, manifestaciones y pláticas de las Guardianas del Río Metlapanapa resuena: “De norte a sur, de este a oeste, ganaremos esta lucha cueste lo que cueste”, “Temblarán los poderosos de la costa hasta la sierra, cuando el pueblo se levante por pan, libertad y tierra”, “Los pueblos unidos jamás serán vencidos”, “El pueblo se cansa de tanta piche tranza”.[4] Estas consignas siguen exigiendo los mismos derechos, el respeto a su diferencia, a sus territorios, a la vida. Gritan que sean vistos y reconocidos, que no sean ignorados por un mundo en el que aún no han sido incluidos, por un mundo que sólo se acuerda de ellos cuando hay que buscar un lugar en dónde depositar su basura o cuando está en sequía y se beben su agua y la venden.

A 30 años, las enseñanzas del zapatismo continúan, porque las palabras de las comandantas Esther, Fidela y Ramona siguen sonando para demostrar al mundo que la lucha por los puentes de dignidad no son cuestión de hombres, sino cuestión de todos los corazones y voces que se quieren hacer escuchar. Las mujeres zapatistas movieron la tierra seca y árida que estaba vetada para ellas y para todas las mujeres indígenas, desde tomar un arma hasta tomar la palabra sin miedo. Sembraron una raíz inquebrantable, buscaron cambiar algo y llegaron a cambiar todo. La Comandanta Esther en una entrevista dijo: “creo que vamos a lograr el cambio como nosotras queremos, sí se va a lograr, porque veo que muchas mujeres se están organizando, ya no nada más las zapatistas, hay otras organizaciones” (Comandanta Esther, 2001). Grupos como las Guardianas de Río Metlapanapa siguen luchando por ese cambio. Son mujeres risueñas y soñadoras que siguen pidiendo un mundo diferente para ellas, para sus hijas y nietas, para las que las acompañan en los plantones y las que sólo ven de lejos, porque ellas no distinguen como el mundo las ha distinguido.

La semilla del ezln vuelve a germinar y a cosecharse, se transforma y regresa a la tierra de distintas formas. Casi imperceptible pero altamente potente el grito del amanecer de 1994 continúa escuchándose en todos los rincones de este otro México que lucha por otra democracia, otra dignidad para el respeto de todas y cada una de las diferentes vidas. “El zapatismo ha tenido la capacidad de asombrar sin descanso, de despertarnos y sacudirnos para que nos organicemos y luchemos entrelazados. Sus palabras son luminosas; y sus silencios, estruendosos” (Alonso Reynoso y Alonso, 2021, p. 35).

 

Referencias

Alonso Reynoso, Carlos y Jorge Alonso (2012). Un somero acercamiento al zapatismo. Chiapas, México: CLACSO / Universidad de Guadalajara / Cooperativa Editorial Retos / Cátedra Jorge Alonso.

López Bárcenas, Francisco (2015). Autonomía y derechos indígenas en México. México: Universidad autónoma de San Luis Potosí.

Navarro Trujillo, Mina Lorena (2012). Luchas por lo común. Antagonismo social contra el renovado cercamiento y despojo capitalista de los bienes naturales de México. Puebla: buap.

 

Otras referencias

 Ayala, Aranzazú y Lucía Vergara (22 de junio de 22). El bloqueo que cerró la llave a Bonafont. Mexicanos unidos contra la corrupción. Recuperado de https://contralacorrupcion.mx/el-pueblo-que-cerro-la-llave-a-bonafont/

Comandanta Esther (2001). Entrevista con la Comandanta Esther. Enlace Zapatista. Recueprado de https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2001/02/22/comandanta-esther-entrevista-con-guiomar-rovira/

Comité Estatal de Información y Geografía del Estado de Puebla (s. f.). Recuperado de http://ceigep.puebla.gob.mx/informacion_basica_municipio.php#.

Ejército Zapatista de Liberación Nacional (2021). Primera parte: una declaración por la vida. Enlace Zapatista. Recuperado de http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2021/01/01/primera-parte-una-declaracion-por-la-vida/

Hernández, Miguel (23 de julio de 2023). CMIC en Puebla ve potencial para hacer macro parques por nearshoring. El economista. Recuperado de https://www.eleconomista.com.mx/estados/CMIC-en-Puebla-ve-potencial-para-hacer-macro-parques-por-nearshoring-20230723-0012.html

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (s. f.). Juan C. Bonilla, Puebla (21090). Recuperado de https://www.inegi.org.mx/app/areasgeograficas/?ag=070000210090#collapse-Resumen

Llaven, Yadira (26 de abril de 2021). Trasnacionales explotan manantiales en Puebla con la promesa de paliar miseria. La jornada. Recuperado de https://www.jornada.com.mx/notas/2021/04/26/estados/trasnacionales-explotan-manantiales-en-puebla-con-la-promesa-de-paliar-miseria/

Luna-Nemecio, J. M. (9 de agosto de 2021). El Proyecto Integral Morelos y la devastación del territorio. Nexos. Recuperado de https://medioambiente.nexos.com.mx/el-proyecto-integral-morelos-y-la-devastacion-del-territorio

Tirzo, Luisa (5 de febrero de 2024). Clausuran obras en relleno intermunicipal de Cholula, ¿qué pasa en esta zona? MPT NOTICIAS. Recuperado de https://mtpnoticias.com/puebla/municipios/clausuran-obras-en-relleno-intermunicipal-de-cholula-que-pasa-en-esta-zona/

[1] Abogada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Actualmente estudiante de la maestría de Derechos Humanos en la Universidad Iberoamericana Puebla. Ha colaborado con colectivos y asociaciones civiles por la defensa de derechos colectivos y causas como la defensa del maíz en México y el derecho al saneamiento del agua en Puebla. Correo de contacto rociocas.toxqui@gmail.com. ORCID: https://orcid.org/0009-0009-4388-1112

[2] Los proyectos de despojo que se implementan en los territorios de los pueblos indígenas en México buscan principalmente la acumulación y expansión del sistema capitalista. Es decir, es un modelo de acumulación que a través de la violencia sistémica separa a las comunidades originarias de sus medios de producción y existencia. “[L]a separación forzada y violenta de las personas de sus medios de existencia, y específicamente de los bienes naturales o ecológicos, se realiza mediante dos grandes procesos; por un lado, la disolución del vínculo común con la tierra y la naturaleza; y, por otro lado, el debilitamiento de los lazos comunitarios sociales” (Navarro Trujillo, 2012, p. 18).

[3] El municipio de Huejotzingo, Puebla es una zona relevante para la inversión extranjera, ya que cuenta con 5 de los 18 parques industriales que se encuentran en el estado. Actualmente estos parques albergan empresas del sector textil y automotriz. Sin embargo, la pretensión del Gobierno en este territorio es crear las condiciones necesarias para que el sector aéreo-espacial y químico puedan instalarse. Hernández, Miguel (23 de julio de 2023). CMIC en Puebla ve potencial para hacer macro parques por nearshoring. El Economista. Recuperado de https://www.eleconomista.com.mx/estados/CMIC-en-Puebla-ve-potencial-para-hacer-macro-parques-por-nearshoring-20230723-0012.html

[4] Estas consignas han sido escuchadas en algunas de las marchas y reuniones del movimiento de los pueblos y comunidades en contra del basurero a las que la suscrita ha asistido. 

Rocío Castillo Toxqui

Abogada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Actualmente estudiante de la maestría de Derechos Humanos en la Universidad Iberoamericana Puebla. Ha colaborado con colectivos y asociaciones civiles por la defensa de derechos colectivos y causas como la defensa del maíz en México y el derecho al saneamiento del agua en Puebla. Correo de contacto rociocas.toxqui@gmail.com. ORCID: https://orcid.org/0009-0009-4388-1112

Anterior
Anterior

La Intergaláctica, un análisis de las relaciones transnacionales del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

Siguiente
Siguiente

Sobre: Polanco Hernández, Graciela; Lundy, Marta; Vidal de Haymes, María y Caridad Rositas-Sheftel. (2022). Salud emocional para mujeres migrantes. Ciudad de México: Universidad Iberoamericana.