Editorial
Después de pasar las borrascas de los dogmatismos militantes, hoy sabemos que pensar en los procesos de cambio social implica para investigadores especializados, analistas y sujetos en movilización o con intenciones de ella, por una parte, una mirada capaz de rastrear los parámetros de socialización afinados en el largo y medio tiempo de la historia que pueden generar inercias o resistencias al cambio propuesto o analizado y, por otra, una capacidad de vislumbrar los grises, los medios caminos, las sobreposiciones que pueden modelarse entre statu quo y nuevas apuestas en los contextos en los que algunos o muchos trabajan por una transición hacia mayores libertades, reconocimientos, derechos o posibilidades-otras de conformar y ser comunidad. A través del primer elemento se advierte que la fuerza social requerida para un intento de cambio deberá confrontarse con aquello que Fernand Braudel denominó como «estructuras de lo impensado» o que Antonio Gramsci etiquetó como elaboraciones del «sentido común» (unas y otras, fenómenos en los que se constata la solidez de un orden que se ha hecho hegemonía). Por fruto del segundo parámetro que guía la mirada a lo gris, a lo avanzado y/o inconcluso, a su vez, nos hacemos a la capacidad de ver atisbos de movimiento, reformulación o cambio en expansión —siempre bajo ciclos particulares—, sin creer en una vía única para el cambio de dirección y siempre en visualización de la complejidad de fuerzas que se ponen en circulación y retroalimentación ante planteamientos que mueven las estructuras de poder y la organización social en funcionamiento.
En tiempos en los que parecen hacerse más estruendosas las voces que proclaman que el mundo ya está hecho o que no hay opción ni fuerzas para crear otros horizontes, para construir otro tipo de organización social menos desigual, este número de Incidencias se encarga de reflexionar críticamente en torno a diversas apuestas de rupturas sistémicas poniendo especial atención a los caminos avanzados, las sobreposiciones y/o las contradicciones que se asoman en algunas de ellas y en las lecciones que nos entregan en tanto experiencias de disrupción para seguir andando con realismo y esperanza en los caminos de la transformación social. Nos ha animado pensar en los aprendizajes de los pasos dados, así sean titubeantes, para no caer en el pesimismo que expresión del miedo ante nuevos comienzos o resignación ante la injusticia. Siguiendo nuestro esquema editorial que alienta el diálogo de saberes, en la sección Miradas Académicas iniciamos el intercambio de ideas con el aporte de Martha Avalos-Peláez sobre la forma de construcción de subjetividad política del movimiento zapatista que, siendo propuesta integrada por los de abajo, denota procesos de estructuración de ciudadanía que superan la lectura política del Estado como centro articulador y a la concesión de derechos reducida al orden jurídico. Tal reflexión nos permite imaginar procesos de organización colectiva, esto es de acción política, más allá de la forma Estado-nacional que puede acabar por alejar y expropiar las posibilidades de construcción comunitaria más honda.
A esta sección sumamos el aporte de René Valdivieso que analiza el comportamiento del sistema de partidos en el estado de Puebla en las elecciones locales que tuvieron lugar en el año 2021: el autor nos advierte, bien respaldado de una cuidadosa observación de información empírica mediante la aplicación de dos indicadores (número efectivo de partidos e índice de fragmentación), que la tendencia política electoral nacional no necesariamente se repite a nivel local pese a que podamos identificar cambios notorios en el primer ámbito. Así las cosas, aprendemos que habrá que ser más pacientes a la hora de referirse a virajes rápidos y/o definitivos en el espectro ideológico de los electores. Paciencia que también se requiere para advertir y modificar lecturas profundamente arraigadas a modo de estereotipos y que pueden filtrarse aún en propuestas con intenciones libertarias. Esta alarma queda en pie para el abordaje que pueden hacer los feminismos de la situación de la mujer islámica si llegan a perder de vista a la interseccionalidad, nos comenta Nofret Hernández en el tercer artículo de este número. Segundo y tercer artículo nos llaman a pensar en procesos de cambio social constituidos también por sedimentos de inercias sociales, de acción e interpretación, a las que se debe estar atentos para que no continúen filtrándose de forma oculta obstaculizando la obtención de mayores y firmes libertades.
Posteriormente Agustín Aguilar, Elena Ayala y José Luis García nos llevan a otro punto de visualización del cambio, en este caso en el cambio de los marcos de interpretación científica, al analizar las respuestas de las Relaciones Internacionales, en cuanto disciplina, a la pandemia de Covid-19. Estos autores nos muestran que esa área de estudios se ha forjado en respuesta, adaptación y deseos de intelegibilidad de los grandes cambios sucedidos a lo largo de los siglos xx y xxi y con ello evocan la fortaleza de esta ciencia social para ayudar a tramitar tiempos de cambios acelerados y de incertidumbre como los desatados por la Covid. Sin duda nos llaman a reflexionar sobre la ondulación de los estatutos epistemológicos de nuestras Ciencias Sociales que suelen parecernos más rígidas de lo que realmente son.
Como cierre de la sección y ayudando a lidiar el sabor de boca que nos queda desde los anteriores artículos sobre el largo camino por recorrer cuando tenemos la mirada fija en el cambio social, encontramos el aporte de José Pablo Segura que, desde una aproximación a la filosofía política, anima a la posibilidad de construir una nueva comunidad a partir de la renuncia al arché (concepto que recupera el autor de la obra de Jacques Rancière y que refiere a un principio de mando que se autoafirma como legítimo y anterior a cualquier otro) y habilitar desde esa caída estruendosa la posibilidad del encuentro con los otros. Esto último, nos dice, significa vencer el pánico que genera la presencia de esos otros asumiendo con satisfacción la condición de intraducible de todos ellos. Vencer el mismo para hacer responsable del otro sería una exigencia ética que trastocaría la práctica política hasta ahora tan imbuida en la lógica de la unicidad y su defensa.
Pasando a la sección Experiencias y otros saberes, de la mano de Irma Lilia Zentle Colotl nos acercamos a los desafíos que enfrentan las empresas de Economía Social ante el uso de las tecnologías si desean abrirse paso como verdadera opción en medio del nuevo momento del capitalismo. Su lectura nos recuerda que los procesos de cambio deben plantearse estratégicamente frente a las ilusiones/ideaciones/fascinaciones causadas por la contraparte si se desea tener un posicionamiento como opción real. El artículo de Anette Yarce Siu, con el que abrimos la sección Nuevos investigadores, muestra además que tal lectura estratégica de lo existente puede hacerse a nivel macropolítico —incluido al nivel de las potencias mundiales— con miras a jugar en un tablero profundamente arraigado como único posible. La autora profundiza en este sentido en la estrategia expansionista de carácter no agresivo adelantada por China para aumentar su influencia a nivel mundial. Una y otra autora piensan el cambio desde un profundo realismo: en negociación y movimiento estratégico con lo establecido y legitimado. Por su parte, Renata Carvajal y Beleguí Rasgado Malo nos advierten a ras de piel de los costos que pueden suponer esos acercamientos tácticos en contextos de opresión afianzada, en su caso de estudio, cuando se entrecruzan capitalismo, patriarcado y colonialismo. En su artículo, estas autoras nos invitan a caminar junto a tres mujeres que habiendo trabajado en una maquila reflexionan sobre la situación de precarización laboral que las transgrede y los resquicios por los cuales podría filtrarse, aún con suma dificultad, resistencias cotidianas por fuera de esos espacios fabriles enclavados por el capitalismo en la periferia del sistema-mundo y de la dignidad laboral. Negociación, costos de la negociación y advertencias de rumbos resbalosos son pues analizados a detalle por Zentle, Yarce, Carvajal y Rasgado.
Cerramos nuestro número 1 con el análisis de coyuntura elaborado por María Elvia Laija sobre la guerra que ha tenido lugar en territorio ucraniano desde principios del 2022. Para profundizar agudamente en las dinámicas en las que se ha visto envuelto este conflicto, nos llama a notar el limbo epistémico en el que se encuentran Europa Central y Oriental y que afecta el tratamiento que tales territorios reciben en el orden internacional. Finalmente las reseñas elaboradas por Julio Ávalos y Claudia García Marañón abonan en esta edición a mantener el espíritu crítico de nuestra publicación, estableciendo un diálogo productivo con autores y autoras recientemente publicados.
En conjunto estas miradas de Incidencias nos reafirman los caminos pedregosos, a veces con más retornos de los que desearíamos y en ocasiones olvidados como alternativas, que existen al echar a andar los propósitos de la transformación social. Nos los muestran con realismo pero sin dejar de afirmar la variedad de ellos y, más aún, la necesidad imperiosa de seguirlos recorriendo para abrir brecha.
Nathaly Rodríguez Sánchez
Directora